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Sucedió a principios de semana en un Hospital de Valencia cuando tras la oportuna colonoscopia que se estaba llevando a cabo a un paciente de 43 años de edad, lo que parecía un pólipo en el intestino grueso, tras ser extraído en quirófano hizo que el equipo médico quedara estupefacto y absorto llegando incluso a hacerse foto selfie de grupo con el supuesto pólipo, comprobando que se trataba de un chicle adherido durante al menos 30 años en la pared intestinal.
Tras analizar el cuerpo extraño en laboratorio pudieron especificar que se trataba de un chicle marca cheiw y de sabor fresa ácida.
«Coooooño, me acuerdo del día que ocurrió, tendría 12 o 13 años y esa noche me acosté con el chicle en la boca pensando que ya lo tendría para el día siguiente, cuando desperté no sabía dónde estaba ni por la cama apareció, cuando se lo diga a mi madre es posible que me dé un chanclazo como castigo por aquella imprudencia» exclamaba riendo el propietario de la goma de mascar.
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