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Según pasan los días, el hecho de someterse a un injerto capilar se va normalizando. Ya es raro que no exista un compañero, primo, amigo o vecino que no haya sido sometido a esta novedosa y extendida técnica.
La pasada semana, un vecino de Jerez de la Frontera fue la primera persona en probar una técnica paralela a la que se estaba llevando a cabo normalmente en las cientos de clínicas especializadas. Hasta ahora, el injerto se hacía previa extracción de pelo en zona donante siendo el problema de este individuo la carencia de folículos pilosos por lo que él mismo propuso a la clínica que teniendo un perro con hermoso pelo, podrían injertarle pelo del mismo.
Aunque la idea pareció ridícula, un equipo de científicos desarrolló en laboratorio dicha idea a petición de la clínica modificando genéticamente la raíz del cabello resultando exitoso. Tras ser sometido a la operación en la ciudad turca de Estambul, el vecino Jerezano ya ha regresado a España con su perro, de raza labrador, «ahora tendré que llevar cuidado con las garrapatas en vez de con los piojos» bromeaba el satisfecho protagonista de esta innovadora técnica.
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