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Ha ocurrido en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, un complejo hospitalario público, situado en la pedania murciana de El Palmar.
José, un hombre de 58 años vecino de la pedanía y 5 años ya en paro, ingenió un curioso modo para comer de vez en cuando en dicho Hospital. La idea fue concebida cuando encontrándose de acompañante de un enfermo, se apropió de un batín del carrito que iba a Lavandería.
Habiendo copiado diversas tarjetas en donde se específica el número del enfermo, colocada a los pies de la cama, accedía a las plantas de ingreso a la hora de la comida. Después de «disfrazarse» y colocar dicha tarjeta, actuaba con total naturalidad, diciendo a la celadora «nena, tráeme lo que sea pero a ver si pueden echarle una miajica sal y en vez de uno, me traes dos danones». Tras el ingreso en la misma habitación de un vecino de José, se truncó su estratégico plan, desvelándode su secreto a un responsable de la planta.
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