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Algunos conductores cada vez le ponen las cosas más complicadas a los agentes durante los controles de alcoholemia, este es el caso de nuestro protagonista, un joven bilbaíno de 26 años de edad que se negó a soplar alegando que era alérgico al plástico de las boquillas.
El joven fue detenido de madrugada en un control rutinario de alcoholemia, pero cuando el agente se dispuso a hacerle soplar «me contó muy preocupado que era altamente alérgico al plástico del que están fabricadas las boquillas y le resultaba imposible hacer la prueba, explicando que se le podían caer los labios e incluso inflar los genitales, parecía un poco nervioso también, pero no podíamos arriesgarnos, así que tomamos sus datos y le dejamos continuar su camino».
Posteriormente otro agente se dio cuenta de lo sucedido y aclaró que el material del que están hechas las boquillas es hipoalergénico y por lo tanto el conductor los había engañado para evitar realizar la prueba.
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