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Un grupo de 5 amigos de Bilbao recientemente licenciados en derecho por la Universidad de Deusto, decidieron crear un bufete de abogados para encontrar una salida en el mercado laboral. Sabiendo las dificultades de la situación actual, decidieron que tenían que dar un golpe de efecto, para no ser uno más y poder destacar.
Tras una lluvia de ideas, se llegó a la conclusión de que el nombre tenía que ser pegadizo, que no se olvidara fácilmente, y tras algunos nombres que no acabaron de cuajar uno de ellos propuso usar el chiste «Abogado, ¿qué abogado? El que tengo aquí colgado». Tras un ataque de risa, asombro e incredulidad, poco a poco fue ganando fuerza la idea de dejar ese nombre, por llamativo, polémico y transgresor, por lo que al grito de «¡con 10 cojones!» finalmente quedó constituido el bufete «El que tengo aquí colgado».
Como no podía ser de otra forma, los 5 jóvenes han llamado la atención y son la comidilla de la ciudad, participando en entrevistas de radio y televisión. La fama ya la tienen, ahora falta por saber si habrá clientes que se atrevan a poner sus asuntos en manos de estos cachondos bilbainos.
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