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En la tarde de ayer un joven granadino fue expulsado de la piscina de su barrio tras descubrirse que no era socorrista y que únicamente le interesaba «ver tías en bikini durante todo el día».
El joven llevaba desde principio de mes, cuando comenzó la temporada estival en las piscinas, acudiendo día tras día con su atuendo de socorrista y ocupando un puesto privilegiado para tener controlada la situación. El primer día consiguió encontrar a la socorrista contratada y le explicó que la piscina estaba infectada y que lo mejor sería olvidarse del trabajo, de este modo pudo presentarse él en las instalaciones ocupando su lugar.
Fueron algunos clientes los que destaparon al joven «pasaba los días y siempre era lo mismo, el socorrista no vigilaba la piscina a no ser que hubiera chavalitas de buen ver bañándose, lo único que hacía era darse cremita y mirar a los grupitos de niñas en las toallas, incluso de vez en cuando les proponía prácticas de reanimación».
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