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Entre los miles de estudios que se están llevando a cabo a nivel mundial para erradicar al famoso coronavirus, en la tarde ayer, se hacía referencia a un peculiar descubrimiento.
«Por supuesto que el cloro eleva los niveles del pH del agua siendo conocido como un gran desinfectante pero, si a ello le sumamos la presencia de uréa y ácido úrico presentes en la orina, el poder de actuación sobre el coronavirus se quintuplica» era parte del estudio presentado esta pasada semana en la capital española. En base a ello, se ha aconsejado que orinar o «mear» como denominamos más comunmente en las piscinas públicas no debería estar prohibido, al contrario, aconsejado al menos durante el ya cercano periodo estival de 2020. Ciertas autoridades han mostrado su rechazo a este consejo con base científica porque resulta poco decoroso según han maninfestado algunos alcaldes.
«Me niego a poner cartelitos en las piscinas aconsejando mear en el agua, ya me imagino a la gente haciéndolo desde el trampolín, una guarrada» comentaba el concejal de deportes de un municipio alicantino.
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