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Antonio Palacios, ciudadano de Bilbao, cuenta en su nuevo libro «En Abril, paraguas mil» como ha conseguido amasar una fortuna desde cero con su idea revolucionaria y bastante simple a la vez.
«Me dí cuenta que todo el mundo olvida paraguas por todas partes. Siempre oirás en época de lluvias decir a todo el mundo: me dejé el paraguas en tal o cual sitio, he perdido ya 3 paraguas, etc. etc. Así que me dispuse a ponerme como norma salir a la calle siempre que hubiera riesgo de lluvia y perseguir a personas con paraguas que entraran en tiendas, bares, etc. No fallaba, como no estaba lloviendo, 2 de cada 3 personas se olvidaban que lo llevaban y salían sin su paraguas, así que yo me apresuraba a entrar, cogerlo y marcharme».
Antonio restaura los paraguas «tomados prestado» como le gusta decir a él, dándoles un pequeño lavado de imagen y los vende a mitad de precio en la tienda de paraguas que ha montado en el centro de la ciudad con tremendo éxito. Sabe que la publicación del libro le hará tener que enfrentarse con los dueños de los paraguas, pero espera que se convierta en best seller y merezca la pena. No teme a la justicia, porque como él dice los paraguas son abandonados por sus dueños y él simplemente los recoge de la calle para que no molesten.
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