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Un vecino de Madrid se saltó un tramo de obras de la Nacional 1 a la velocidad de 140 km/h a pesar de que el tramo estaba limitado por obras a 60 km/h. Los trabajadores, asustados por la velocidad del coche que estaba poniendo en peligro sus vidas, decidieron llamar a la Guardia Civil.
El vehículo fue interceptado por los agentes, que lo hicieron parar 10 kms. más adelante. Una vez reducido y detenido el conductor aclaró que no había parado y había acelerado en el control porque había bebido algo y tenía miedo de que lo hicieran soplar. Los agentes se extrañaron al oirlo, «¿control, que control? No había ningún conrol ¡era una obra!».
Finalmente al detenido le fue realizado un test de alcoholemia y drogas del que dio negativo, ya que no había bebido suficiente. Sin embargo, fue denunciado por exceso de velocidad y conducción temeraria, por lo que su despiste finalmente le saldrá caro.
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