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Mario es un joven de Guadalajara de 22 años que llevaba con su novia desde los 16. La pareja ya tenía incluso planes de boda ya que tras 6 años de relación la unión parecía estar lo suficientemente consolidada.
Como gesto de amor Mario decidió tatuarse el nombre de su chica como regalo de su sexto aniversario por lo que llamó a un amigo para que le tatuara e incluso emitió en directo el proceso a través de su Instagram. Esa misma tarde, cuando Mario le enseñó el tatuaje a su novia, ésta se echó a llorar. Mario creyó que era de la emoción por el gran gesto de amor que le había regalado, pero Larissa, la novia, le confesó a Mario que llevaba un tiempo queriendo poner fin a la relación, que las cosas no iban bien y que lo mejor era dejarlo.
“Es una putada lo que me ha pasado, bien me lo podía haber dicho un día antes. Ahora no me queda más remedio que buscarme otra novia que se llame Larissa” escribió Mario en Instagram sorprendentemente poco dolido.
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