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Salvador G. F., vecino de la localidad sevillana de Puebla del Río, estropeó instrumental médico valorado en varios miles de euros al tirarse un descomunal pedo al realizarse una colonoscopia en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
Aunque se siguieron todos los protocolos para evitar este tipo de incidentes, el paciente notó un retortijón inmediatamente después de comenzar la exploración, y aunque apretó lo que pudo las nalgas, la ventosidad terminó saliendo, y con bastante fuerza. Debido a ello, y a consecuencia de las vibraciones y la corrosión provocada por los gases, todo el material quirúrgico, así como la sala donde se realizaba la prueba, quedaron inservibles.
«A mí con los nervios me entran muchos gases, avisé al equipo médico, pero no me quisieron sedar, así que yo no soy responsable de la avería», se disculpa el hombre. «No se nos ha dado nunca un caso como este, a la auxiliar incluso se le saltaron las lágrimas tras la ventosidad. Lo peor es la lista de espera que se va a crear ahora», nos comenta el jefe del servicio médico.
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