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Desde hace años, la figura de los abuelos, maternos o paternos, ha ganado importancia en el entorno familiar pero… en perjuicio de ellos, que una vez jubilados son obligados a ejercer de canguros para el bienestar de los hijos.
Así es el caso de Juan, un vecino de Benidorm que desde hace décadas desempeña su trabajo como conserje en un bloque de pisos de la turística ciudad. Aunque los propietarios están encantados con la labor de este hombre, reconocen que ya es hora de que se jubile y deje por fin las obligaciones. «No pienso jubilarme en toda mi vida, está mi hija deseando dejarme a tres nietos las 24 horas del día para que se los cuide, mientras ella y mi yerno trabajan para tener dos casas, dos coches, dos televisores, dos iPhone… anda y que les den, que curre uno y el otro se dedique a los hijos » comentaba el indignado anciano.
«Menudo morro tiene mi padre, se va al edificio a currar, limpia por allí, baja la basura y dando los buenos días a los vecinos, con la falta que me hace a mi».
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