CAJÓN DESASTRE

SIRI marca el teléfono de la pollería del barrio en pleno acto sexual

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Era un domingo más en la pollería de un populoso barrio de Madrid. Muchos encargos, colas en el local para recoger  pedidos, el teléfono que no para… De repente, entra una llamada. El dueño del local descuelga, y al otro lado sólo se escuchan gritos, gemidos y voces ahogadas. Al no obtener respuesta, decide poner en conocimiento de la policía lo ocurrido, al pensar que se puede tratar de una pelea o forcejeo.

Rastreando terminal móvil, los policías localizan éste en un piso muy cercano al establecimiento, y ante la alerta creada, deciden derribar la puerta. Al otro lado se encuentran a una pareja de enamorados dando rienda suelta a su pasión. Al negar ellos haber realizado ninguna llamada, y tras un breve análisis de la situación, se resuelve que la hizo SIRI, posiblemente activado por alguna palabra que escuchó.

«No entiendo cómo ha podido pasar. Yo tenía el móvil en la mesita, y no tengo ni idea de cómo pudo realizar la llamada», comenta el avergonzado amante. Puestos en contacto con un experto, nos indica que «para que SIRI llame a una pollería se tienen que dar órdenes como «quiero pollo», «dame pollo», «pide pollo» o «me gustaría comer pollo». Si el móvil está lejos del interlocutor, alguna letra o sílaba puede malinterpretarse».

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