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Ha sucedido en una localidad de la provincia de Huelva, el dueño de una farmacia ha permanecido encerrado en su propio establecimiento toda una semana.
Parece ser que a sus 61 años, accedió a la farmacia desde su propia casa, unidas por la trastienda y los empleados cerraron pensando que don Luis, como así se llama, había vuelto a la casa, en la que reside sólo desde que enviudó. Los empleados se despidieron tras colgar el cartel de cerrado por vacaciones y fue ayer jueves cuando al abrir el establecimiento se encontraron con el dueño, desvanecido en el suelo con evidentes síntomas de haber padecido bastante. «Hijos de puta, me cerrásteis la persiana y la puerta de mi casa, estaba en el sótano organizando, no habían potitos y he chupao y tragado preservativos de sabores, os mato, largaos de aquí o llamo a la Guardia Civil» eran las palabras e insultos que lanzaba casi a susurros por la debilidad que presentaba.
Fue trasladado de inmediato al Hospital en donde ya le han extraído el látex del estómago y se recupera satisfactoriamente, desconociendo si los empleados seguirán trabajando en dicha botica.
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