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Hasta qué punto puede llegar el amor por las suegras para que hagamos semejantes barbaridades carentes de lógica alguna como la llevada a cabo por un vecino de Lorca (Murcia).
Tras comprar 6 ratoncillos en una tienda de mascotas, los soltó en su propia vivienda con el único objeto de asustar a su querida suegra para que no fuera por su casa ni un minuto. Por supuesto que su mujer no era conocedora de tan insensato plan pidiendo por favor que comprara veneno o cepos para dar caza a los roedores. Ante el pasotismo del ingenioso inventor, fue su mujer la que con intención de eliminar a esos ratones, acudió a la tienda de mascotas del barrio, siendo sorprendida cuando el propietario le hizo semejante pregunta… ¿Te envía tu marido a por más ratoncillos para la pitón albina que habéis comprado, no?
Ante lo acontecido y en venganza, sin saberlo su marido, contrató los servicios de una empresa de desratización y por sólo 2.300 euritos se desinfectó la vivienda, invitando a su madre a pasar una semana en casa.
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