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El equipo de aparato digestivo de un hospital andaluz se vio obligado a suspender la colonoscopia que estaban realizando a un varón de unos 40 años de edad, debido a los gritos de placer de éste, y que se podían escuchar desde la sala de espera de la unidad.
«Al principio pensábamos que le había vuelto a saltar un vídeo porno al celador, pero enseguida nos dimos cuenta de que los gritos salían de la Sala de Colonoscopia», comenta una de las enfermeras de dicho servicio. Además de los gritos, el doctor que estaba intentando proceder a la exploración tuvo que aguantar que el paciente le pidiera «besitos en el cuello y la espalda», por lo que inmediatamente se procedió a suspender el examen.
«No tuvimos más remedio que interrumpir el proceso, y mandar a su casa al paciente», comenta el doctor. «Ya le explicamos a él y su señora, que esperaba a la salida de la exploración, que seguramente tenga que repetir el examen, pero sedado».
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