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Un joven puso ayer en jaque a la Guardia Civil tras sellar todas las alcantarillas de su pueblo aprovechando la intensa lluvia que no cesó en tres días. Una gamberrada digna de una película de adolescentes rebeldes, que no tenia otro objetivo que el de poder usar la moto de agua que le habían regalado por su cumpleaños y todavía no había estrenado.
El pueblo se encuentra dividido en dos. Mientras que unos le tachan de héroe y le alaban por la hazaña, otros le culpan de vándalo e irresponsable por haber puesto en peligro la integridad de sus lugareños. Pero todos coinciden en una cosa: “A nadie se nos hubiera ocurrido nunca esta idea tan ingeniosa”.
Después de 2 horas danzando a su gusto por todo el pueblo, y con la Guardia Civil en los talones, Armando dio por finalizada la aventura y se tuvo que entregar. Cuando le detuvieron, lejos de reconocer la gravedad de los hechos, optó por excusarse y ponerse medallas: “En este pueblo faltaba un poco de acción. Como mis amigos me regalaron la moto sabiendo que no iba a poder utilizarla nunca tenía que devolvérsela de alguna manera”.
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