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La pasada noche, una llamada al 112 alertó de que una pareja de Barakaldo había sufrido un percance grave mientras hacían el amor. Personados los sanitarios en la vivienda, observaron que los jóvenes amantes no podían separar sus cuerpos de ninguna de las maneras.
Los muchachos no sabían explicar qué es lo que les había pasado, pero una inspección ocular del dormitorio permitió esclarecer los hechos. Se ve que presas de la excitación y el deseo, y al estar el cuarto iluminado de forma tenue por velas, nuestros amigos confundieron el tubo de vaselina con uno de pegamento que tenían en la mesita de noche.
«Normalmente el pegamento no lo guardo ahí, pero el otro día estuve arreglando un zapato, y se ve que lo guardé en el cajón de la mesita», aclaró uno de ellos. Separados de urgencia en el Hospital de las Cruces, declaran que «a partir de ahora, salivita, o la vaselina la compramos en tarro».
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