Tienen que enterrar a un hombre con el ataúd abierto porque murió empalmado

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El cementerio municipal de Valladolid fue escenario en la tarde de ayer de un hecho insólito. Y es que una de las inhumaciones tuvo que realizarse con el ataúd abierto porque el difunto había muerto erecto, al parecer, tras sufrir un infarto por la ingesta de una viagra.

El sepelio transcurría en la más absoluta normalidad cuando de pronto se convirtió en una situación incómoda para los presentes. La misa funeral que se estaba desarrollando en la propia capilla del cementerio se llevó a cabo con el féretro abierto por expreso deseo de la familia, y fue a la finalización del mismo cuando un monaguillo trató sin éxito de cerrar la tapa de ataúd. Los murmullos se apoderaron del lugar y fueron varios amigos del finado quienes intentaron ayudar al joven en su maniobra de sellar la caja. Tampoco lo consiguieron. El motivo, que el hombre había muerto con una erección considerable y el descomunal tamaño de su pene impedía cerrar el ataúd.

El sacerdote reconoció que jamás había presenciado un hecho similar, por lo que no sabía cómo actuar. Finalmente, a iniciativa de uno de los hijos del difunto, optaron por llevar a cabo la inhumación con el ataúd abierto. La viuda, por su parte, se despidió de su esposo con las siguientes palabras: «cuando venga a hacerte compañía, espero que te conserves igual».

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