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Un vecino del municipio onubense de Cortegana se encontraba realizando un tranquilo paseo por el campo cuando un perro, al parecer un bodeguero o similar, salió de entre la vegetación y empezó a perseguirlo mientras le ladraba. Presa del pánico, tuvo la suerte de encontrar un árbol donde ponerse a salvo, al menos eso es lo que esperaba.
Una vez subido allí, observó con sorpresa, que en el árbol había un panal de avispas del que empezaron a salir insectos a cientos y a atacarlo con saña. No sabe cuánto duró el ataque, pues se desmayó y cayó al suelo. Menos mal que el dueño del perro acudió en su ayuda y lo pudo llevar rápidamente a que lo atendieran en el centro de salud del pueblo, porque sin saberlo era alérgico a las picaduras.
«Mi Pancho es un cacho de pan, sólo quiere jugar, y no mide ni medio metro. Se ve que mientras estaba yo entre unos matorrales plantando un pino, salió detrás de este hombre, que se puso nervioso y trepó al árbol. Las avispas sí que son peligrosas, y si encima eres alérgico… Menos mal que salí a tiempo, si no, no lo cuenta», nos cuenta el rescatador de nuestro protagonista.
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