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Un vecino del barrio madrileño de Moratalaz salió el pasado lunes a pasear como de costumbre cada mañana con su perro lazarillo que siempre le acompaña ya que es invidente.
Lo raro de esta historia es que el paseo del pasado lunes fue un poco más largo de lo habitual, ya que el invidente acabó en Uclés, una lejana localidad de Cuenca cercana a Tarancón. Todo parece indicar que fue el propio perro lazarillo el que guió al ciego hasta ésta localidad. “Yo notaba que el camino era más largo de lo normal, pero tampoco le di demasiada importancia. Normalmente salimos por el retiro y nuestra ruta dura alrededor de dos horas” explica el invidente.
Según se pudo comprobar más tarde el perro viajó hasta éste pueblo de Cuenca porque su antiguo dueño, ya fallecido, vivía ahí y es por ello que caminó más de 100km para reencontrarse con él. “No le guardo rencor a mi perro lazarillo, ha sido el instinto el que le ha llevado hasta ahí. Eso si… a partir de ahora saldremos de paseo con un GPS para asegurarme de que no nos alejamos demasiado de casa”.
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