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El pasado fin de semana, se recibió una llamada en la sala de coordinación del 112 de la provincia de Tarragona de un conductor que solicitaba un rescate, ya que la niebla que le rodeaba era tan densa que le era imposible avanzar por sus medios con su vehículo. El solicitante afirmaba encontrarse en los aparcamientos de un centro comercial de la capital, y que la niebla le impedía ver incluso el coche de al lado.
Pasado aviso a la Guardia Urbana, una patrulla motorizada se personó en el mencionado aparcamiento, encontrando en una de sus plazas el vehículo del demandante. La sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que lo que impedía ver la carretera era el humo acumulado en el interior. Se procedió a abrir el coche, y todo quedó en un susto cuando del interior salió un fuerte olor a cannabis, mientras sólo se escuchaba al conductor a carcajada limpia.
«Parece ser que el muchacho se encendió un porrito, luego otro, y con el colocón que cogió no distinguía si era niebla en el exterior o humo en el interior lo que le limitaba la visión», comentó uno de los agentes que acudieron al rescate. «Yo sólo recuerdo que salí del cine, y me metí en el coche. Se ve que me encendí un porrito y me despisté. Ahora sólo quiero ir a comer, y a la camita», relata el protagonista de esta historia.
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