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Un pequeño pueblo de Valladolid sigue consternado con la misa de este último domingo. Al parecer, el cura llegó media hora tarde a la ceremonia y en un evidente estado de embriaguez. Según cuentan varios testigos presenciales apenas podía pronunciar palabra y tenía la cara más roja de lo habitual.
Los hechos tuvieron lugar entorno a las 13:45 del mediodía cuando varios vecinos del pueblo esperaban en misa impacientes su cita con Dios. Pasaban los minutos y el cura no llegaba. Finalmente un monaguillo consiguió contactar con él, que estaba en un bar cercano tomando unos vinos y le recordó su deber. Cuando llegó a la Iglesia y empezó su discurso algo no cuadraba y la gente no tardó en darse cuenta. Estaba borracho como una cuba, así que alegó que estaba poseído por el demonio para intentar justificarse.
La Iglesia ha salido en su defensa y ha dicho que no piensa tomar medidas contra él, sino todo lo contrario, han contratado a un sacerdote para intentar liberarle del mal que le había poseído: “Tenía al mismísimo diablo dentro, le pondremos en manos del mejor profesional posible. Hay que tener fe”.
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