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Los hechos tuvieron lugar el día de ayer miércoles en el Centro de Especialidades de un municipio alicantino cuando poco después de las 12:30 horas, el ginecólogo ordenaba a su enfermera que volviera a citar de urgencia para ese mismo día a todas las pacientes que había atendido esa mañana.
Acogiéndose a la orden del especialista y ajena a los motivos, la joven enfermera citó de nuevo a las mujeres, las que fueron llegando un tanto alarmadas al desconocer las causas de tal urgencia, volviéndolas a reconocer con ese antojo de no utilizar guantes. «Hola de nuevo, siento hacerle venir otra vez, braguitas fuera y al potro, no se preocupe, solo es para anotar unos datos que he olvidado».
Siendo las 16:10 horas y ya finalizada la infructuosa revisión, pensativo y preocupado, le dijo la chica… Doctor, no le esperan en casa a comer? Está usted casado o es soltero»? Fueron dichas preguntas las que hicieron recordar al despistado y mujeriego tocólogo, que había guardado la alianza en el bolsillo de su chaqueta precisamente para que la guapa y joven chica desconociera su actual estado civil.
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