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Esta mañana, la alegría, el entusiasmo y el júbilo inundaban las calles de un municipio extremeño cuando un vecino chillaba a los cuatro vientos, que se había producido un milagro de Navidad.
Ante la sospecha por parte de vecinos y allegados de que le había tocado la lotería, se han quedado estupefactos y sin mediar palabra al ser conocedores de tan desmesurada alegría «Que voy a ser padre, el milagro de la Navidad existe, soy estéril y acaban de decirle a mi mujer que está embarazada y por si fuera poco, trae gemelos, gracias Señor, es un milagro» chillaba eufórico por la calle y en la puerta del bar mientras que un grupo de amigos y conocidos se miraba entre ellos, suponiendo que el milagro a lo mejor no era tal milagro sino, el fruto de un apareamiento ajeno.
La señora, supuesta protagonista de tal milagro, con cara de circunstancia e intentando esbozar una forzada sonrisa ante el improvisado público, ha tratado de contener a su querido esposo, borracho de alegría «si cariño, un milagro, vamos para casa».
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