This post has already been read 1712 times!
Un hombre fue rescatado por los bomberos después de permanecer cerca de seis horas con un testículo enganchado a una valla de alambre de espino. Según confesó más tarde, trataba de colarse en un chalet para robar, por lo que la policía lo detuvo nada más ser dado de alta en el hospital.
Fue el propio ladrón confeso quien telefoneó al 112 para pedir auxilio. Desde la central de emergencias no acertaron a descifrar el contenido del mensaje, pues lo único que acertaba a decir el ladrón era «me he pinchado un huevo». Tras rastrear la señal y localizar la ubicación del emisor, una unidad de bomberos se desplazó hasta el lugar y liberó al hombre del alambre. «Ahora sé lo que sintió Jesucristo» fue lo único que dijo entre sollozos.
Uno de los bomberos que participó en el rescate explicó que la lesión había provocado que el pene del ladrón se tornara de color oscuro, por el derrame padecido. Por ese motivo, en un primer momento se pensó que el malhechor había robado morcillas y huevos de codorniz. Nada más lejos de la realidad, pues se trataba de los oscurecidos genitales del delincuente.
This website uses cookies.