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Los macacos de Gibraltar, una de las 45 especies que habitan en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, son unas de las mayores atracciones del lugar. Los visitantes juegan con ellos, les ofrecen comida (cosa que está prohibida) y hasta les hacen carantoñas desde su vehículo. Pero no hay que olvidar que esta especie de primate a veces puede ser un poco traicionera.
El domingo pasado una familia de Madrid que visitaba el parque sufrió un desagradable percance. Uno de los monos que se acercó a saludar se metió el dedo en el ano en repetidas ocasiones dándoselo a oler a los integrantes del coche. La mujer y los dos niños pequeños cayeron fulminados al momento al no soportar el intenso y desagradable olor de sus dedos que posiblemente tenían restos de heces. Cuando llegaron los servicios de emergencia la familia ya estaba perfectamente.
Uno de los encargados del parque que acudió al lugar de los hechos quiso quitarle hierro al asunto: “Es un comportamiento muy común entre primates, yo mismo lo hago en casa cuando me aburro. Nuestros monos están muy bien alimentados así que dudo que se desmayaran por eso. Yo creo que la madre fingió el desmayo para llamar la atención y los niños la imitaron por inercia. Culo veo, culo quiero”.
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