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Así mismo lo manifestaba un obispo el pasado domingo tras ser entrevistado al término de una conferencia en la que se trataba la integración de los jóvenes en el aspecto de las relaciones y habilidades sociales.
«Estoy de acuerdo que el deporte es considerado como una necesidad para la mejora en la calidad de vida tanto a nivel físico como psicológico y eso a Dios le gusta, pero el exceso de músculo, atrofia la mente y ocasiona tal debilidad que hace que se desee a personas del mismo sexo» eran las palabras textuales de esta dignidad eclesiástica ante las risas de incredulidad de los presentes. Ya han sido centenares de culturistas, propietarios de gimnasios y amantes del volumen muscular, los que se han echado las manos a la cabeza contestando diversidad de malsonantes palabras al respecto.
«Si lo oye un primo mío que mide 1’90 m y pesa 133 kg le da una hostia bendita en oblicuo como Bud Spencer que se le quitan las ganas de decir tontascas» comentaba un joven tras leer las polémicas declaraciones de este sacerdote en su máximo grado.
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