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Ha ocurrido en La Mancha, en un pueblo de la provincia de Albacete. Joaquín, un hombre de 59 años de edad, fuerte, rudo, trabajador y dedicado toda su vida a labores agrícolas, llevaba varios años padeciendo una hernia discal, la que se iba agravando con el paso del tiempo, truncando su modo de vida, teniendo prohibido el manejo del tractor.
Cuando le dijeron que debía someterse a una operación, se negó en rotundo y contrató un seguro de asistencia sanitaria, ideando un plan, contratando también un seguro de vida. Tras dos años subsistiendo con los ahorros, llegó la hora. En la pocilga donde criaba 6 marranos, dejó anillo, zapatos, algo de ropa, mechones de pelo y sangre de un pollo, dando aviso su señora a las autoridades.
Tras confirmar el fallecimiento, fue al cementerio y por culpa de tan morbosa curiosidad, uno de los vecinos, a pesar de ir camuflado con gorro y gafas, lo conoció. Fue detenido de inmediato por intento de fraude a la compañía de Seguros.
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