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Qué importante es para la mayoría de las chicas que su pareja le pida matrimonio y para ello, junto a una cena romántica, le regale un espléndido anillo como símbolo del mutuo compromiso.
Pero a veces, el cuento de hadas se trunca por completo y da un giro de 180° como lo sucedido esta misma semana en Granada. Parece ser que tras haber regalado un caro anillo a su novia, aprovechando un descuido mientras cenaba en casa de la futura suegra, accedió hasta la habitación de su amada y tras abrir la ventana y desordenar cajones, se apoderó del anillo simulando haber ocurrido un robo, volviendo al salón comedor para continuar con la cena. El ingenioso caballero, se presentó al día siguiente en la joyería y devolvió el anillo.
Lo que nunca hubiera imaginado era que tres días después, siendo invitado a una comida familiar, estuviera presente la dueña de la joyería, tía de su querida novia. Tras reconocer al mismo, el plan se fue al garete y además de acabar detenido, no comerán perdices habiéndose terminado la relación.
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