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Hacer caca es un placer pero a veces puede ser muy peligroso si se prolonga demasiado tiempo. Llevarse el móvil al baño para amenizar nuestro paso por las cloacas ayuda a que la faena salga mejor pero también puede hacer que nuestras piernas se paralicen y luego no podernos mover.
Tomás, gallego de 35 años, lo sufrió en sus propias carnes y gracias a que tenía el móvil consigo pudo llamar a una ambulancia para que le sacaran del baño: “Se me fue un poco de las manos porque me puse a ver vídeos. Cuando me quise dar cuenta habían pasado 3 horas y no sentía las piernas. Por más que mi cerebro les mandaba órdenes no se movían”.
Para más inri el rollo de papel higiénico se había terminado, pero por suerte para él la caca ya estaba seca al haber pasado tanto tiempo. La ambulancia, que llegó a los 10 minutos de recibir el aviso, tuvo que acceder a su vivienda a través de una de las ventanas.
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