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De siempre se ha dicho que para una mujer el día de su boda es el más especial de su vida, en el caso de nuestra protagonista ha sido completamente así, pero no por los motivos habituales.
La joven vallisoletana se casaba este sábado en su pueblo, celebraba una boda civil en los terrenos de sus padres preparada con mimo desde hace más de un año. Desde el comienzo de la mañana comenzó a notarse mal, se tomó varias tilas para intentar relajarse hasta que llegó el momento de la ceremonia.
Durante la misma comenzó a sentirse peor todavía, según ha confesado el novio comenzó a oler raro, como a huevo podrido, hasta que en un momento dado le entró «el apretón más grande de mi vida, me moría de vergüenza y de dolor al mismo tiempo, no tuve más remedio que salir corriendo y suspenderlo todo, me pasé el resto del día en la letrina, menudo día…» nos cuenta la alicaída novia.
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