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Alfredo Díaz Díaz, natural de Orihuela (Alicante) pero residente en el barrio barcelonés de Montjuic, viajó el pasado mes mes a Turquía para someter a su perro a un implante capilar ya que no le gustaba la falta de pelo de su mascota.
Todo comenzó cuando Alfredo adquirió su mascota hace 2 años precisamente atraído por la falta de pelo del animal. El perro, de nombre sultán, es un “crestado chino” y precisamente la falta de pelo es una característica innata de ésta raza. “Al principio me llamó la atención y su calvicie me parecía una ventaja, pero con el tiempo me di cuenta de que me daba un poquito de “asquete” acariciarlo”.
Tras ver un documental sobre los adelantos de los tratamientos estéticos en Turquía Alfredo decidió viajar a aquel país para someter a su perro a un implante capilar. Ahora el animal, tras 3 sesiones, cuanta con 1.800 cabellos nuevos que le han sido injertados de otras partes de su cuerpo. Aunque tendrá que volver de nuevo al mes que viene a Turquía y el tratamiento total costará alrededor de los 5.000€ su dueño, Alfredo, dice estar encantado con los resultados.
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