Fallece su suegra y pregunta si puede incinerarla él

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María Dolores, de 91 años, fallecía ayer de muerte natural en su domicilio de Guadalajara. Sus hijos, tal y como habían hablado con ella muchas veces antes del fatal desenlace, decidieron que había que incinerarla porque así lo deseaba: “Era su mayor deseo y vamos a concedérselo”.

Pero nadie contaba con la inestimable colaboración de su yerno, que en cuanto se enteró de que había que incinerarla se ofreció como voluntario para hacerlo dado “el cariño” que la tenía: “Será un placer quemarla de arriba a abajo, yo lo hago gratis si queréis. Con un poco de leña y varios periódicos arderá para siempre”, afirmaba con una sonrisa de oreja a oreja.

La disparatada idea no cayó muy bien en la familia de la fallecida, que inmediatamente llamaron a la funeraria para contratar sus servíos antes de que el loco del yerno entrara en acción. María Dolores será incinerada como es debido.