SUCESOS

Ingresado al quedársele la lengua atascada en un alcoholímetro

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La Guardia Civil de Dos Hermanas había montado un control rutinario de alcoholemia y drogas la mañana del domingo pasado, cuando vieron acercarse a una velocidad muy reducida y en zigzag un vehículo con un solo ocupante.

El conductor, que presentaba claros síntomas de embriaguez, empezó a gritar desesperadamente al poco de acercarse el alcoholímetro a su boca, siendo imposible despegarlo de su lengua incluso con la ayuda de los agentes, por lo que se requirió traslado en ambulancia al hospital más cercano, donde se le pudo separar con cirugía menor el aparato.

«El tío venía bien borracho. Es más, venía en la fase de «exaltación de la amistad», ya que se bajó y empezó a abrazar a los guardias que estaban montando el puesto diciendo que los quería mucho y que cuando salieran de trabajar los invitaba a comer en la venta del polígono», nos narra un sargento de la benemérita. «Cuando le acercamos el alcoholímetro, vimos que puso la boquilla, puso los ojitos así medio entornados, y no sabemos que se pensaría que estaba haciendo, pero metió la lengua hasta al fondo, atascándose con el orificio de entrada del aire. No se ha visto nunca nada igual», apostilla.

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