SUCESOS

Rompe dos alcoholímetros por su fuerte aliento a ajo

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Todos tenemos algún compañero de trabajo, hermano, amigo, conocido o incluso nuestr@ «cariñete» que es amante del ajo. En guisos, untado en pan o masticando directamente los dientes de ajo, les da igual lo molesto de su aliento para las personas cercanas.

Ni mucho menos lo hacen para evitar vampiros ni por mejorar la circulación de la sangre, no, comen ajo porque les gusta sin importar la nube que les rodea de ese desagradable olor. Pero, por si fuera poco, lo ocurrido ayer tarde en un municipio de Murcia, dejaba al ajo, con mejor fama todavía. Un control rutinario de alcoholemia llevado a cabo por Policía Local, se terminó cuando un vecino del municipio sopló y el propio detector informó de error y posterior avería. Otra patrulla se personó en el lugar del Control y repitiendo la operación, el segundo alcoholímetro también entró en avería.

Tras hacer bajar al hombre para comprobar posibles signos evidentes de ir influenciado, se percataron de su insoportable aliento pero no a alcohol sino, a ajo. El laboratorio donde se han llevado a reparar confirma que fue el indescriptible aliento a ajo lo que desintegró los sensores.

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